Belphagor es un Demonio de descubrimientos ingeniosos y riqueza. Otorga riquezas a quienes elige.
Belphagor posee el pelo rubio y un físico musculoso. Normalmente, cuando se marcha, uno se queda con un cálido reflejo tras conocerle. Sus alas son blancas y sus ojos increíblemente penetrantes. Belphegor es un ángel caído, ahora un Señor Demonio que preside el pecado de la Pereza. Es uno de los Siete Príncipes que gobiernan el Infierno y ayuda a los individuos a hacer descubrimientos.
Belphegor seduce a las personas sugiriéndoles ideas ingeniosas para inventos que les harán ricos y, en consecuencia, codiciosos y egoístas.
Belphegor es un lugarteniente del Infierno, enviado a la Tierra en una misión por Satanás. Al hacerlo, encontró una afinidad particular por París, Francia.
Como uno de los ángeles caídos, Belphegor era originalmente miembro de la orden del Principado y, tras su caída, se convirtió en la contrapartida demoníaca de uno de los diez Sephiroth que supervisan el Árbol de la Vida. Es el adversario bíblico del sexto Sephiroth, el ángel protector de la belleza.
El concepto de belleza nunca debe debatirse, pues es subjetivo y algunos pueden encontrar belleza en todo. Si Belphegor llegara a ser demasiado influyente en el mundo, entonces la belleza de todo se empañaría, conduciendo a la ruina.
Belphegor era el patrón de Moab, un reino que se sabe que estaba a orillas del Mar Muerto, en el lado oriental, en lo que hoy es Jordania. Era una deidad fálica, asociada con el sexo, las orgías y todas las formas de libertinaje general. Según el Dictionnaire Infernal de De Plancy, era el embajador del Infierno en Francia. Por ello, su adversaria es Santa María Magdalena, una de las santas patronas de Francia.
