Astaroth, gran duque de la más alta jerarquía junto a Belcebú y Lucifer, forma parte de la trinidad. Se cree que posiblemente sea la misma diosa Astarté del Próximo Oriente.
En la mitología cristiana, Astaroth es un príncipe coronado del infierno, un ángel que se corrompió cuando visitó el mundo humano. Su caída causó mucha controversia, ya que una vez fue serafín y príncipe del orden de los tronos. A pesar de haber descendido al mal por voluntad propia, este demonio afirma estar libre de pecado.
Astaroth también es representado como un archidemonio asociado a las qlifot (fuerzas adversas) según los textos cabalísticos.
Se cree que los orígenes de Astaroth se remontan a la diosa babilónica Astarté, que se transformó en el demonio Astaroth para socavar las creencias existentes. Por esta razón, es esencial tener conocimientos sobre Astarté y otras diosas antiguas para comprender plenamente a Astaroth.
Debido al debate en torno a los orígenes de Astaroth, existen diversas variaciones sobre quién es él (o ella) en su verdadera forma. La mayoría de las versiones de las religiones dominantes, especialmente el cristianismo y el islam, afirman que Astaroth siempre ha sido un demonio.
En los tiempos modernos, la criatura no es más que un embustero, ya que Astaroth adoptó la forma de la diosa Astarté para ganarse el favor del pueblo. Se cree comúnmente que intenta ganarse a la gente mediante la pereza y la manipulación de la lógica.
Sin embargo, hay otras religiones que ven a Astaroth como un demonio útil que no es necesariamente benévolo ni malvado. Además, algunos escritos que mencionan a Astaroth parecen retratarlo como un ángel que se opone al demonio del poder (Testamento de Salomón).
Según mi experiencia con Astaroth, ha sido muy amable conmigo. Busqué su ayuda cuando tenía problemas en mi relación debido a la interferencia de terceras mujeres, e hice una ofrenda de sangre sobre su sigilo. Se puso en contacto conmigo en sueños y me pidió más sangre a cambio del secreto que necesitaba para destruir a esas mujeres. Cumplí, y al día siguiente volvió a ponerse en contacto conmigo para informarme de que la diosa Medusa podría ayudarme a destruirlas. Y efectivamente, encontré una solución y una mejora en mi relación gracias a la ayuda de Astaroth y de la diosa Medusa.
¡Hail Astaroth!
