Ritual de San Valentín con el dios Pan
En la antigüedad, los paganos celebraban el período de tiempo alrededor del 14 de febrero como Lupercalia. Lupercalia era un festival romano dedicado al dios pagano, Lupercus, que era el dios de los pastores, los bosques, la naturaleza y la fertilidad en ese momento.
Lupercus sigue siendo de gran importancia en el campo de la magia ceremonial, por eso dedicamos esta pieza a el el día de hoy. Es un canal con gran fuerza para trabajar el plano ctónico del humano, sanado trauma sexual y abriendo paso al acenso de la serpiente caída.
Lupercus fue identificado con el dios romano Faunus y el dios griego Pan.
Es representado como mitad hombre, mitad cabra con cuernos y pezuñas. Toca la flauta y es conocido por su destreza sexual.
En esta serie de elementos que lo componen, realizamos que armoniza la sexualidad con el flujo divino de la música, y lo coagula en el plano material con su parte animal.
La lupercalia se celebraba originalmente como un ritual de fertilidad. Comenzaba con el sacrificio de dos machos cabríos. Después de la fiesta del sacrificio, dos jóvenes Luperci o sacerdotes designados cortarían correas de las pieles de las cabras, llamadas Februa. Luego se vestían con las pieles de las cabras, imitando al dios, Lupercus o Pan.
Corrían por la ciudad con las correas en las manos. Las mujeres del pueblo hacían fila para recibir un azotazo de las correas para asegurar la fertilidad. Era un ritual sano para promover la salud y la fertilidad en el pueblo.
Lupercalia fue posteriormente abolida por la Iglesia y reemplazada por el Día de San Valentín.
El año es el 2022, y no apoyamos ningún tipo se sacrifico. Sin embargo hay maneras con la que hoy puedes trabajar con El dios Pan para transmutar tu sexualidad y despertar creatividad , o también fertilidad.
Correspondencias:
- Diseño Ceremonial: Acércate a Pan con mucho música, aplausos, canto, y baile.
- Ofrendas: Vino para Pan, tortas de miel para sus ninfas.
- Colores: Morado, marrón, verde.
- Lugar: campos, arboledas, cuevas y montañas boscosas.
- Espíritus aliados: Hermes, Dionisio, Ninfas.
- Ritual: Diseña un ritual del corazón con las correspondencias descritas previamente, es un buen momento para tomar vino, bailar y cantar. Puedes hacerlo en las afueras o llevar plantas y frutas a tu altar. Ábrete de corazón llamando la energía de este gran arquetipo sanador quemando velas de colores y muchas hierbas, fluyendo para abrir el canal.
Por acá te dejamos un llamado a Pan:
Quiero que olvides el bien y el mal; ser tan felices como las bestias, tan descuidados como las flores y las aves. Vivir en las profundidades de tu naturaleza tanto como en las alturas.
Verdaderamente hay estrellas en las alturas y serán una adorno para tu frente.
Pero las profundidades son iguales a las alturas. Maravillosos abismos son los abismos, y muy fértil es el abismo más profundo . Allí también hay estrellas, más brillantes que las estrellas de lo alto.
El nombre de las alturas es Sabiduría y el nombre de las profundidades es Amor.
¿Cómo se unirán y serán fructíferos si no te sumerges profundamente y sin miedo?
La sabiduría es el espíritu y las alas del espíritu, el amor es la bestia peluda que desciende.
Se sumerge valientemente, por debajo del pensamiento, más allá de la Sabiduría, para elevarse de nuevo por encima de ellos tan alto como había descendido primero.
La sabiduría es justa y limpia, pero el Amor es impuro y santo.
La Corona de la Vida no está alojada en el sol: los dioses sabios la han enterrado profundamente donde los reflexivos no la encontrarán, ni los buenos: pero los Alegres, los Aventureros, los Descuidados Desatascadores, la traerán a los sabios, y los sorprenderan.
Todas las cosas se ven a la luz. ¿Cómo valoraremos lo que es fácil de ver?
Pero las cosas preciosas que están escondidas, serán más preciosas para nuestra búsqueda: serán hermosas con nuestro dolor: serán nobles a causa de nuestro deseo por ellas.
Ven conmigo, Pastora, por los campos, y seremos descuidados y felices, y dejaremos que el pensamiento nos encuentre cuando pueda, porque ese es el deber del pensamiento, y está más ansioso por descubrirnos que nosotros por ser encontrados.