La Magia Negra
La magia negra o las artes bajas, lo relacionado a objetivos “mundanos”, siempre se ha considerado como algo necio, que carece de “verdadera” importancia para el mago, pero esta observación, o mas bien: difamación, no es mas que una forma de confundir o desalentar al individuo que desea conquistar sus objetivos.
La magia debe usarse para manifestar los anhelos o deseos de cada practicante, sin importar que tan moralmente correctos sean estos. Un Luciferino o Satanista, no cae en dichas dicotomías morales, porque estos constructos llamados “morales” son herramientas de control mental, otro tipo más de cadenas invisibles, pero muy poderosas.
Bajo el paradigma siniestro, no se hace distinción tal como bajo o alto, el mago negro (por diferenciarlo del blanco o iniciado del sendero derecho), es el centro del universo, y por tanto todas las fuerzas giran a su alrededor, en él convergen todos los puntos cardinales, y en el plano físico, su símbolo mas representativo es el pentagrama invertido.
En él, el iniciado se refleja como la bestia, como el mismo Caín, hijo de Samael y Lilith, la unión infernal, que dentro del circulo de Leviatán, forman el proceso alquímico demoníaco que enciende la llama negra. El pentagrama apunta hacia abajo, donde debe de manifestarse la voluntad del Luciferino, no hacia arriba, donde se perdería en lo ilusorio e intangible.
El Luciferino entra en contacto con el espíritu de la tierra, el señor y Dios de ésta, el adversario del espíritu etéreo e ilusorio celestial, creador de esclavos y miseria. Con la magia Luciferina-Satánica, se honra la carne, manifestación divina del mundo, y, templo sagrado del YO. Por eso, dichas distinciones como bajo o alto, en lo que respecta a lo mágico y espiritual, no tienen sentido para nosotros; lo que podría interpretar un no iniciado como “alto”, para el Luciferino no sería otra cosa mas que “interno”, ya que es ahí donde está el Dios: el YO; lo “bajo”, en todo caso, sería “lo manifiesto”, lo que se exterioriza por acción de la voluntad.